Jeffrey Kaplan es maestro de filosofía en la universidad Greensboro de Carolina del Norte. En Marzo del 2020 compartió un video en su canal de YouTube titulado ¿Qué es la filosofía? Esta publicación es un resumen y traducción al español.
Por: Jeffrey Kaplan
¿Qué es la filosofía?
Empecemos con algunos ejemplos del tipo de preguntas que los filósofos discuten: ¿existe Dios?, ¿existe el libre albedrío?, ¿existe el bien y el mal?, ¿cuál es la manera justa de organizar a las sociedades?, ¿cuál es el propósito de la vida?, ¿existe el alma inmortal? Estas son algunas preguntas filosóficas que se le han ocurrido a muchas personas. Los filósofos se las toman muy en serio y no dejan de pensar en ellas hasta que encuentran respuestas serias, racionales, sustentadas de una manera muy rigurosa. Los sacerdotes o líderes religiosos también piensan en este tipo de preguntas, y algunas de estas preguntas son religiosas, así que cabe preguntar ¿cuál es la diferencia entre un líder religioso y un filósofo? Existen por lo menos dos diferencias que se me ocurren: La primera es que los líderes religiosos intentan responder al menos algunas de estas preguntas mediante la revelación. La revelación en este sentido quiere decir que alguien nos da la respuesta. Por ejemplo, la pregunta ¿cuáles acciones son moralmente buenas y cuáles son malas? Una forma de obtener la respuesta es que alguien que la conozca nos la comparta. Ese es el método primario de los líderes religiosos para obtener respuestas. Por el contrario, la única herramienta que tiene los filósofos para encontrar respuestas es la razón. La otra diferencia es que los líderes religiosos tienen respuestas predeterminadas, no así los filósofos. Si estás intentando encontrar respuestas de forma seria y honesta, puedes encontrar cualquiera y seguir siendo un filósofo. Pero si encuentras algunas respuestas que no son compatibles con los dogmas de la religión entonces pudieras dejar de ser creyente. ¿Qué tienen en común las preguntas filosóficas? Una de las respuestas comunes es que son subjetivas. Esto significa que no hay respuestas correctas o incorrectas, cada uno tiene su propia respuesta, y todos están en lo correcto si los hace sentir bien. Ahora, existen preguntas que son genuinamente subjetivas. Por ejemplo ¿los pepinillos son una delicia? Al parecer la exquisitez de los pepinillos es algo subjetivo. Algunas personas dicen que los pepinillos son deliciosos y otras dicen que son un asco, todos están en lo correcto porque es un asunto meramente subjetivo. ¿Podemos concluir entonces que lo que tienen en común las preguntas filosóficas es que son subjetivas? No. A mí me parece que ninguna de estas preguntas es subjetiva, ni una sola. Miremos a la primera ¿existe Dios? Esta es solo una cuestión de si algo que llamamos Dios existe o no. Solo hay dos opciones: este ser existe, o no existe. No es un asunto subjetivo, es algo objetivo. Otra pregunta ¿existe el alma inmortal? Esta es una pregunta sobre qué pasará en el futuro, qué tipo de criaturas somos, y qué pasa cuando nos morimos. Tu cuerpo se morirá y solo hay dos opciones: tú dejaras de existir, o tu alma inmortal continuará en otro lugar. Ese es un asunto objetivo porque solo sucederá una de esas dos cosas, y la verdad no depende de tu opinión. Un asunto tampoco es subjetivo solo porque hay desacuerdos o controversias. Otra respuesta frecuente a lo que tienen en común las preguntas filosóficas, es que son preguntas profundas e importantes. Sin embargo, hay muchas preguntas de este tipo que no son filosóficas y que no son estudiadas por los filósofos. Por ejemplo, ¿la expansión del universo continuará para siempre? Esta es una pregunta profunda e importante que estudian los físicos cosmólogos o astrofísicos, no la estudian los filósofos. Otra pregunta profunda es ¿cómo se originó la vida en el planeta? Esa es una pregunta que estudian los biólogos científicos que estudian la evolución. Así que la profundidad o la importancia de la pregunta no es necesariamente lo que la hace filosófica. Digamos que queremos saber si una pregunta es filosófica o no, lo primero que debes preguntar es ¿se puede responder por medio de la observación o la experimentación? Por ejemplo, la pregunta ¿las gallinas ponen huevos? Se puede responder observando a las gallinas, las podemos ver poniendo huevos, por lo tanto, es una pregunta empírica. Todas las preguntas que se pueden responder por medio de la observación o la experimentación son preguntas empíricas, no son filosóficas. Hay otras preguntas que no se pueden responder por medio de la observación o la experimentación. Por ejemplo, ¿es el número 9 un número primo? Los números primos solo pueden dividirse entre ellos mismos y el número uno sin obtener fracciones en el cociente. Entonces el numero 9 no es primo. Y no descubrimos la respuesta gracias a la observación o a la experimentación porque nadie ha visto nunca el número 9 en otro lugar que no sea en su mente. Fuera de la imaginación solo podemos ver el símbolo que representa el número nueve. Veamos otro ejemplo. Un triángulo es un polígono bidimensional de tres lados, los objetos bidimensionales no existen en el mundo real. No hay triángulos en el mundo real ni en el universo fuera de nuestras mentes. Todo lo que nos rodea tiene tres dimensiones. Lo único que podemos ver es el símbolo que representa a un triángulo. Cuando hacemos una pregunta como ¿cuál es la suma de los ángulos internos de un triángulo? No estamos haciendo una pregunta sobre el dibujo que representa un triángulo, sino sobre un triángulo real. La forma en la que encontramos la respuesta es estipulando definiciones y axiomas. Los axiomas son solo estipulaciones adicionales, hacemos las estipulaciones y después las probamos haciendo cálculos. Así es como sabemos datos matemáticos y geométricos, como el hecho de que la suma de dichos ángulos es 180 grados. Este tipo de preguntas No Empíricas que pueden ser respondidas por medio de estipulaciones y cálculos matemáticos tampoco son preguntas filosóficas.
Una pregunta filosófica es aquella que no puede ser respondida por medio de la observación o la experimentación, ni tampoco mediante definiciones estipuladas o axiomas. La filosofía es el proyecto de buscar respuestas a dichas preguntas de una manera rigurosa.
Por ejemplo, la pregunta ¿cuál es la forma justa de organizar a una sociedad? Esta no es una pregunta descriptiva, ni es una cuestión de predicción, ni tampoco de explicación. Es una pregunta de justificación. Una vez que entendemos lo anterior, nos damos cuenta de que no es una pregunta empírica. Aun si hacemos observaciones sobre cómo se organizan las sociedades, eso por sí solo nunca nos dirá cómo deberían estar organizadas. Tampoco es una pregunta matemática que se pueda contestar haciendo algunos cálculos usando definiciones estipuladas. Las sociedades no son algo que definimos y por eso existen, como los triángulos o el número 9. La sociedad es algo que existe en la realidad así que no podemos solo usar nuestra calculadora para calcular cuál es la manera más justa de organizarla. Por lo tanto, es una pregunta filosófica. Lo único que tenemos para contestar una pregunta como esa son los argumentos racionales y rigurosos. Cuando digo argumento me refiero a un proceso racional que se usa para intentar persuadir a alguien sobre la veracidad de alguna afirmación.
Un argumento es una serie de pasos lógicos que lleva a una conclusión y después se supone que la veracidad de dicha conclusión queda demostrada racionalmente. Esa es la única herramienta que tienen los filósofos, no tienen observación, ni experimentación, ni calculadoras o fórmulas matemáticas. Solo tienen palabras y pensamientos lúcidos.
Ahora consideremos dos objeciones comunes a la práctica de la filosofía: la primera es que cualquier cosa es permitida. Pareciera que, si no usamos observaciones, ni experimentos, ni estipulaciones, ni axiomas, entonces cualquier cosa es permitida para formular un argumento filosófico; cualquier persona puede argumentar lo que sea, y todos están en lo correcto. Esto es falso porque no cualquier cosa es permitida cuando se forma un argumento filosófico y por lo tanto algunos argumentos son mejores que otros. Por ejemplo, hace mucho Santo Tomas de Aquino formuló un famoso argumento en favor de la existencia de Dios. Ahora veamos un argumento contrario, el cual comienza señalando el hecho de que la maldad existe en el mundo, suceden cosas malas como los huracanes, el genocidio, la esclavitud, etc. Y si definimos a Dios como un ser omnisciente, omnipotente y que desea el bien para todos siempre. Si eso es lo que queremos decir con Dios, entonces al parecer su existencia no es compatible con la existencia de cosas malas en el mundo. Porque si Dios es bueno, entonces no desea que pasen cosas malas, y si es omnisciente sabe todas las cosas malas que pasarán. Entonces, si Dios es todopoderoso, y sabe todo lo malo que pasará, y no quiere que le pase nada malo a nadie, Dios puede impedir todas esas cosas malas para que nada malo le pase a nadie nunca. Pero, como todas esas cosas malas existen, el mal existe, la existencia de un ser como Dios no es posible. Este es un buen contra argumento para Aquino, ¿es mejor? Tal vez, pero el punto ahora es solo demostrar que es posible comparar dos argumentos y decidir cuál es mejor. Si alguien responde de manera seria y rigurosa a un argumento, y después alguien continúa respondiendo de la misma manera, eventualmente esto nos ayudará a acercarnos a la verdad sobre cuál es la respuesta correcta para estas preguntas filosóficas. La segunda objeción común a la filosofía es que no produce nada, y por lo tanto no sirve de nada. Sin embargo, la filosofía como ya lo vimos, produce respuestas bien razonadas y sustentadas para las preguntas filosóficas. La cuestión entonces es decidir si vale la pena el tener dichas respuestas. Pensemos por ejemplo en la pregunta ¿existe un alma inmortal? ¿Es importante el tener una buena respuesta para esta pregunta? Yo opino que sí. La mayoría de las personas en el planeta creen que son inmortales, es decir que no pueden morir. Estas personas piensan que su cuerpo morirá y se desintegrará, pero estas personas son religiosas, así que también creen que su alma continuará viviendo para siempre en otro lugar mejor, o tal vez peor, dependiendo de su comportamiento. Eso es lo que la mayoría de las personas creen, ahora ¿están en lo correcto? ¿en verdad tenemos un alma inmortal? ¿en verdad viviremos para siempre? ¿Nos gustaría tener una respuesta bien razonada y sustentada para esta cuestión? Yo opino que el pensar de manera profunda y rigurosa para obtener buenas respuestas a este tipo de preguntas, es algo valioso, por lo tanto, la filosofía sí sirve para algo.
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