Por segunda vez, Robert Kuhn entrevista al filósofo Robert Audi para un episodio de su programa Closer to Truth y le pregunta ¿Qué podemos aprender de la epistemología que nos pueda ayudar a responder las preguntas sobre la existencia de Dios? A lo que Audi responde: “Si Dios es posible, y es omnipotente, Él pudiera implantar el conocimiento de Dios en algunas personas. Mi viejo colega Alvin Plantinga, le llamó a esto sensus divinitatis. Esto es una posibilidad.” Kuhn hace la observación de que este tipo de conocimiento no tendría justificación epistémica. A lo que Audi responde “Es correcto, pero ese es un problema solo para los escépticos.” Porque para los creyentes el estar abiertos a la posibilidad de saber algo sin tener justificación es, de hecho, la única forma de conocer a Dios. Y a eso le llaman tener fe. Por esa razón una persona religiosa puede intentar encontrar evidencia para creer en Dios, o puede profesar su fe, pero no puede pretender hacer las dos cosas al mismo tiempo y ser una persona coherente. Después Kuhn entrevista al filósofo Bas van Fraassen y le pregunta: “¿Qué puedes decir filosóficamente sobre cómo podemos conocer a Dios?” Bas responde: “Creo que las personas religiosas responderán según su religión. Por ejemplo, una persona hindú diría, en el Bhagavad-Gita puedo ver que Arjuna conversa con Krishna quien es Dios personificado. Así que, obviamente sí es posible conocer a un Dios. Y los cristianos dirán, bueno pues Jesús fue el Cristo, muchas personas lo conocieron y hablaron con Él, así que ellos conocieron a Dios. La información que el creyente toma para reforzar su fe, no es lo mismo que traerías a la discusión con alguien que no es creyente, y que reflexiona sobre si en efecto existen razones para creer en la existencia de Dios o no. Pero entonces la pregunta sería ¿Qué exactamente sería evidencia satisfactoria para que el escéptico cambie de opinión?” Lo que Bas quiere decir con lo anterior es que el problema real con los escépticos es que nunca habrá suficiente evidencia para convencerlos. Ahora, hagamos un ejercicio mental hipotético ─¿Qué tendría que suceder en la vida real para convencer a un escéptico de que Dios existe?─ Supongamos que un ser de apariencia humana desciende flotando inexplicablemente del cielo, y empieza a realizar milagros para demostrarle al mundo sus poderes. Además, usa poderes mentales para provocar todo tipo de experiencias religiosas en la población. En efecto, implantando una especie de sensus divinitatis, como el que menciona Audi, en las mentes de los creyentes. Después, el ser superior nos informa que estamos siendo testigos de la segunda venida de Cristo para salvar a la humanidad. Pero… no a toda la humanidad, sino a los fieles devotos. El resto de la humanidad, los impíos, infieles, no creyentes, los tibios, deberán ser transportados a campos de concentración donde su cuerpo físico será destruído y su alma enviada a enfrentar el juicio final. Los creyentes que están en la gracia de Dios, están listos para trascender a la vida eterna en el nuevo mundo; llevan consigo siempre un conocimiento inconfundible de la presencia divina por lo que se han entregado en cuerpo y alma para servir como soldados en el ejército justiciero de Dios y llevar a cabo su voluntad. Por otro lado, si tú eres un escéptico que reflexiona sobre si existen razones para creer, te encuentras... horrorizado, atónito, no puedes creer lo que sucede. Deseas comprender la verdad y detener la barbarie, pero más que nada, deseas mantenerte a ti y a tu familia a salvo. Para sobrevivir tendrás que superar el pánico e intentar evadir a un ejército gigantesco de personas eufóricas, psicóticas, desquiciadas. Y la verdad pudiera ser que se trate de una estrategia diseñada para manipular y esclavizar a una sociedad primitiva, ilusa, usando a un mesías impostor como señuelo. Un esquema implacable que puede llevar a personas comunes y corrientes a cometer actos perversos, diabólicos, por motivos ideológicos e idiosincráticos. Si esto suena familiar, es porque como bien sabemos, algo parecido ya ha sucedido antes en la historia. Sin necesidad siquiera de que el falso mesías tenga poderes mágicos. El único poder que necesita, tristemente, es ser un genio en el arte de manipular crédulos. Las personas se alejan de la verdad cuando creen cosas sin justificación, sin cuestionar, sin evidencia. Y la verdad es muy importante para los que nos preocupamos por el futuro en ESTE mundo.
A continuación, les comparto un extracto del programa Closer to Truth de Robert Lawrence Kuhn. Robert es un neurocientífico que explora las preguntas más difíciles de la humanidad documentando y compartiendo conversaciones con otros intelectuales. En el extracto del episodio que les comparto conversa brevemente con un par de filósofos sobre la rama de la filosofía que estudia el conocimiento llamada epistemología.
¿Cómo podemos conocer a Dios?
Por: Robert Lawrence Kuhn
Kuhn: Si Dios existe, Dios sería la realidad última. Si Dios existe, nada sería más importante. Pero la supuesta existencia de Dios origina argumentos analíticos y experienciales, a favor y en contra. Estos argumentos son obviamente inconclusos. Si Dios existe, yo quiero conocerlo, tocar la realidad última. Pero me preocupo porque, si Dios es infinito, entonces hay un abismo inabarcable entre Él y nosotros los humanos. ¿No habrá otra pregunta escondida, subyacente en este asunto? ¿No es la pregunta más bien sobre el conocimiento humano y Dios? ¿Sobre nuestra capacidad de abarcar ese abismo entre Dios y los seres humanos? La epistemología es un campo de la filosofía que explora el conocimiento humano, su esencia y su naturaleza. ¿Puede la epistemología, y su teoría del conocimiento, ser aplicada a Dios? ¿Podemos conocer a Dios? Yo soy Robert Lawrence Kuhn y mi programa Closer to Truth es mi viaje a descubrirlo.
Entrevista #1: Robert Audi, Filósofo. Universidad de Notre Dame.
Kuhn: ¿Qué podemos aprender de la epistemología que nos pueda ayudar a responder las preguntas sobre la existencia de Dios?
Audi: Lo primero que hay que decir es que podemos estar hablando de Dios como una figura personal como se conoce a través de la biblia. Pero también podemos estar hablando sobre Dios como el ser perfecto teológico. El Dios de los filósofos, que es omnisciente, omnipotente, perfectamente benévolo. La epistemología tomará en cuenta a cuál Dios te refieres cuando preguntes ¿cómo podríamos conocerlo? Ahora ¿existe el conocimiento sin creencia? Piensen en lo que se conoce como una rodilla meteorológica. La rodilla de algunas personas puede funcionar como un barómetro. Cuando hay señales objetivas de un frente frío o lluvia, la persona tiene síntomas particulares en su rodilla y por lo tanto cree que habrá clima frío o lluvia. Tal vez la rodilla es un mecanismo muy preciso, y tiene un récord aún más preciso que un barómetro ordinario. Pero ahora agreguemos algo. La persona se olvida del récord histórico casi perfecto de su rodilla. Las demás personas seguirán preguntándole si va a llover, y él se sorprenderá de su habilidad de pronosticar el clima sin estar seguro de dónde viene su creencia. Pudiéramos decir que sabe sin tener justificación. Ahora, si Dios es posible, y es omnipotente, Él pudiera implantar el conocimiento de Dios en algunas personas. Mi viejo colega Alvin Plantinga, le llamó a esto sensus divinitatis. Esto es una posibilidad.
Kuhn: Pero ¿No habría justificación?
Audi: Ese es el problema. Los filósofos y ciertamente los escépticos quieren más, quieren justificación. Así que, es muy importante el permitir la posibilidad de que alguien que cree que Dios existe pudiera saberlo sin tener justificación. Ahora probablemente quieres hablar sobre la justificación ¿verdad?
Kuhn: Así es, y también sobre el concepto de una creencia básica
Audi: Bueno, hay muchos argumentos para la existencia de Dios. Si cualquiera de ellos es la base para la creencia teísta, entonces la creencia teísta no es básica. Si viene de lo que dijimos que era el sensus divinitatus entonces pudiera ser básica, pudiera ser cuasi-perceptual en el sentido de que viene de la experiencia directamente y no de la inferencia. Pero hay que recordar que puede haber un caso acumulativo, como cuando alguien domina una multitud de argumentos diferentes, aun cuando ninguno es concluyente. Y además ha tenido experiencias religiosas. Entonces hay una base experiencial con algo de peso, y por lo tanto una posición teísta es algo racional para esta persona.
Kuhn: Ahora, el tipo de argumentos que serían argumentos filosóficos versus el tipo que se derivan de experiencias personales, hay una gran diferencia porque uno es comunicable a terceras personas, y el otro no lo es. Es decir que, si tú me dices que tuviste una experiencia religiosa, yo te respondería ─bueno pues me alegro por ti, pero para mí no hace ninguna diferencia.
Audi: Entiendo tu punto, pero toma en cuenta que, si tú no tienes las mismas experiencias perceptivas que tengo yo, por ejemplo, cuando aprecio una buena obra de arte, porque no tenemos el mismo nivel de entrenamiento en el arte, yo debo hacer mi mejor esfuerzo para describir mi experiencia si deseo compartirla. Pero puedes apreciar que habrá diferencias sutiles con la tuya.
Kuhn: Entiendo el argumento y lo puedo evaluar. Pero si yo tuviera una experiencia “religiosa” yo no confiaría en ella tampoco.
Audi: Yo no creo que nadie deba decir que una sola experiencia o incluso varias debiera ser algo intelectualmente convincente para alguien sin ningún otro tipo de señales. Tú puedes tener la esperanza de que Dios exista. Y la esperanza no requiere mucha evidencia. Puedes tener fe en que Dios es el soberano del universo, y puedes tener una creencia firme de que lo es. En mi opinión, la esperanza religiosa puede motivar actitudes positivas, pero intelectualmente es muy modesta. Y lo que se necesita para que sea racional es muy poco comparado con lo que se requiere para obtener la certeza de algo.
Kuhn: Entonces, si empezamos con la esperanza, la fe, y las creencias, y el siguiente paso sería el conocimiento, que tal vez sea imposible. ¿Es esa una cadena epistemológica?
Audi: Yo le llamo teísmo aspirante al tipo de teísmo en el cual la esperanza es central, donde la fe es central y no implica una creencia fiduciaria porque la confianza es central. Y también podríamos denominar un último tipo de teísmo epistémico porque damos por hecho el conocimiento de Dios. Interesantemente, el teísmo epistémico no involucra ninguna justificación. Así que no tendrías todo lo que te gustaría tener, solo tendrías creencia que constituye conocimiento debido al sensus divinitatis.
Entrevista #2: Bas van Fraassen, Filósofo de la ciencia
Kuhn: Si tomamos a la epistemología y la aplicamos a Dios, ¿Qué puedes decir filosóficamente sobre cómo podemos conocer a Dios, si es que existe un Dios?
Bas: Creo que las personas religiosas responderán de maneras diferentes de acuerdo a los términos de su religión. Por ejemplo, una persona hindú diría, en el Bhagavad Gita puedo ver que Arjuna conversa con Krishna quien es Dios personificado. Así que, obviamente sí es posible conocer a un Dios. Y los cristianos dirán, bueno pues Jesús fue el Cristo, muchas personas lo conocieron y hablaron con Él, así que ellos conocieron a Dios. La información que el creyente toma para confirmar o reforzar su fe, no es para nada lo mismo que traerías a la discusión con alguien que no es creyente, y que reflexiona sobre si en efecto existen razones para creer en la existencia de Dios o no. Pero entonces la pregunta sería ¿Qué exactamente sería evidencia satisfactoria para que el escéptico cambie de opinión?
Kuhn: Si Dios desea que yo crea en Él, entonces ese es su problema, no mío. Es problema de Dios el averiguar qué se necesita para que yo crea en Él.
Bas: Bueno pues, me parece que a Dios no le preocupa de esa manera porque seguramente Él no te mandará ninguna señal divina.
Kuhn: Y si me mandará una señal divina ¿por qué razón habría de creer que es de hecho una señal de Dios?
Bas: Sí claro, por supuesto.
Kuhn: Así que, me parece que estoy en la peor situación posible, porque no veo ningún modo científico que me lleve hacia Dios. Amo los argumentos filosóficos para llegar a Dios, pero en el fondo, no creo que ninguno funcione. Y si tuviera una experiencia religiosa, no confiaría en ella. Así que ¿creo que estoy en problemas, cierto?
Bas: Yo no tengo fe en los argumentos sobre la esencia de Dios, ni en las teodiceas. Creo que la teología y las teodiceas son solo historias como los mitos y esas cosas, exactamente al mismo nivel de las estatuas y las pinturas que decoran las iglesias. Nos ayudan a entender, son solo efigies que nos ayudan a interactuar con una realidad religiosa.
Kuhn: Y los argumentos filosóficos pueden ser muy analíticos, pero en realidad tienen el mismo impacto que las obras de arte en ese sentido, porque nos provocan un sentimiento, la posibilidad, de que existe algo más.
Bas: Así es. Y tú dijiste que ese es problema de Dios ─el convencerte de creer─ También creemos que Dios busca a las personas. Podemos hablar de un perro sabueso celestial, y que una persona pudiera reflexionar sobre su vida y concluir en retrospección que su vida fue una serie de eventos y experiencias que lo acercaron a Dios, que no tuvo ninguna otra alternativa más que sucumbir a esa persecución. Pero por supuesto debes permanecer receptivo.
Kuhn: Bueno, tal vez tú eres ese sabueso del cielo que me persigue y yo estoy intentando ser receptivo.
Kuhn: ¿Es nuestro problema el encontrar a Dios? O ¿Es el problema de Dios el encontrarnos a nosotros? ¿Tiene el sabueso celestial una buena nariz? En general, ¿existe conflicto entre el Dios perfecto de los filósofos y el Dios imperfecto del judaísmo? Me permito ofrecer un Dios con ambas cualidades, el ser perfecto e imperfecto al mismo tiempo. Dios sonríe a la contradicción. Me gustaría que existiera tal Dios, si es que hay tal Dios. Tal vez el sabueso del cielo se está acercando a la verdad.
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