A continuación un extracto del libro titulado The Moral Arc
Por: Michael Shermer
Capítulo 4. Por qué la religión no es la fuente de progreso moral
─Extracto
La mayoría de las religiones fueron arrastradas hacia la era moderna de la ilustración con las garras aún enterradas en el pasado. Los cambios en las prácticas y creencias religiosas, cuando suceden del todo, pueden ser muy lentos e incómodos, y casi siempre es en respuesta a la iglesia y sus líderes enfrentando presiones externas políticas o culturales. Existen tres razones para la naturaleza esclerótica de las religiones. Primera, el fundamento de su moral absoluta está aterrizado en el único y verdadero Dios. Esto lleva inexorablemente a la conclusión de que cualquiera que crea algo diferente se ha alejado de esta verdad y por lo tanto ya no se encuentra protegido por estas obligaciones morales. Segunda, a diferencia de la ciencia, la religión no tiene un proceso sistemático ni ningún método empírico para determinar la veracidad de sus afirmaciones y creencias, mucho menos para distinguir el bien del mal. Tercera, gran parte de los preceptos morales contenidos en los libros sagrados, más notablemente en la biblia, forman una moralidad que es imposible de poner en práctica en la actualidad. Por lo tanto, no es posible para las doctrinas derivadas de estos libros sagrados, el ser impulsoras de una evolución moral positiva.
Muchos cristianos afirman que obtienen su moral de la biblia, sin embargo, esto no puede ser verdad porque, en lo que se refiere a libros sagrados, la biblia es la guía más inepta jamás escrita para distinguir entre el bien y el mal. Está llena de historias bizarras sobre familias disfuncionales, consejos sobre cuál es la mejor forma de lacerar a tus esclavos, matar a tus hijos necios, vender a tus hijas vírgenes, y muchas otras prácticas anacrónicas que la mayoría de las culturas abandonaron hace siglos. Aunque muchas de las historias en la biblia son ficción, la manera en que los patriarcas bíblicos tratan a las mujeres, era de hecho, la forma en que los hombres trataban a las mujeres en esa época, y ese es el punto. Cuando se pone a estas historias en ese contexto, la moralidad de la biblia pertenece a otros tiempos, a otras culturas, y tienen muy poca relevancia hoy en día. Para darle relevancia a la biblia, los creyentes deben escoger ciertos pasajes que satisfacen sus necesidades, por lo tanto, este juego de selección ad hoc generalmente funciona para justificar cualquier fin predeterminado. En el viejo testamento, el creyente puede encontrar buenos consejos en Deuteronomio 5:17 donde dice explícitamente: “No matarás”; o en Éxodo 22:21, un verso que entrega una prohibición simple e indiscutible: “No dañarán a un extraño ni lo reprimirán, ya que ustedes fueron extraños también en la tierra de Egipto.” Estos versos aparentan tener un estándar moral muy alto, pero el puñado de mandamientos positivos en el viejo testamento no tienen conexión entre sí y están dispersos entre un mar de historias sobre asesinatos, violaciones, tortura, esclavitud, y todo tipo de violencia, tal y como ocurre en Deuteronomio 20:10-18, en el que Jehová instruye a los israelitas en los modales correctos al conquistar a otra tribu:
“Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz. Y si respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá. Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere guerra contigo, entonces la sitiarás. Luego que Jehová tu Dios la entregue en tus manos, herirás a todo varón suyo a filo de espada. Tomarás para ti como botín a todas las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad; y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te entregó. Así harás a todas las ciudades que estén muy lejos de ti, que no sean de las ciudades de estas naciones. Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida, sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado; para que no os enseñen a hacer según todas sus abominaciones que ellos han hecho para sus dioses, y pequéis contra Jehová vuestro Dios.”
Hoy en día, mientras la pena de muerta está desapareciendo, Jehová ofrece en el viejo testamento esta lista de acciones que se deben castigar con la pena de muerte: Blasfemar o maldecir a Dios (Levítico 24:13-16); Adorar a otro Dios (Éxodo 22:20); Practicar brujería o hechizos (Levítico 20:27); La pérdida de la virginidad en las mujeres antes del matrimonio (Deuteronomio 22:13-21); La homosexualidad (Levítico 20:13); Trabajar los domingos (Éxodo 35:2). El libro considerado por más de dos mil millones de personas como la más grandiosa guía moral jamás producida ─supuestamente inspirado por un ser eterno, omnisciente y omnipresente─ recomienda la pena de muerte por mencionar el nombre de Dios en el momento y el contexto equivocado, por crímenes imaginarios como la brujería, por comportamientos sexuales como el adulterio, las relaciones extramaritales, la homosexualidad, y por el crimen despreciable de trabajar los domingos. ¿Cuántos de los dos mil millones de cristianos en la actualidad estarán de acuerdo con su propio libro sagrado en lo que refiere a la aplicación de la pena de muerte? Y cuántos estarían de acuerdo con esta otra gema de depravación moral en Deuteronomio 22:28-29:
“Si un hombre conoce a una mujer que no está comprometida, y la toma, y se acuesta con ella, y son sorprendidos en el acto, el hombre deberá pagar cincuenta monedas de plata al padre de la joven mujer, y ella deberá convertirse en su esposa. Ya que el hombre la violó, no se le permitirá a él divorciarse mientras tenga vida.”
Nadie en la actualidad ─sea judío, cristiano, ateo, o lo que sea─ jamás pensaría en un castigo tan draconiano para tal acto. Esta es la medida en que el arco de la moral se ha doblado hacia la justicia con el paso de los milenios a pesar de lo que dicen los libros sagrados como la biblia.
Richard Dawkins caracterizó a el Dios del viejo testamento de la siguiente manera:
“Es el personaje más desagradable en toda la ficción: celoso y orgulloso de serlo; un loco mezquino, dominante, injusto, implacable; un purista étnico, vengativo, sediento de sangre; un misógino homofóbico, racista, infanticida, genocida, megalomaníaco sadomasoquista; un matón caprichoso y malévolo.”
La mayoría de los cristianos modernos responderán diciendo que las leyes anticuadas del viejo testamento no tienen nada que ver con la manera en que ellos viven sus vidas o con los preceptos morales que los guían en la vida actual. El Dios iracundo y vengativo del viejo testamento, dicen los cristianos, fue desplazado por el Dios del nuevo testamento que es más amable y tolerante en la forma de Jesús, quien hace dos milenios introdujo un código moral nuevo y mejorado. El voltear la otra mejilla, amar a tus enemigos, perdonar a los pecadores, y ayudar a los pobres, son un paso hacia adelante comparado con los mandatos caprichosos y las numerosas penas capitales que se encuentran en el viejo testamento. Eso pudiera ser el caso, sin embargo, en ninguna parte del nuevo testamento Jesús revoca las sentencias de muerte ni abroga leyes ridículas. De hecho, lo opuesto es verdad, según Mateo 5:17 Jesús nos advierte:
“No penséis que he venido para abrogar la ley o a los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.”
En lo que se refiere a los valores familiares de Jesús, nunca se casó, nunca tuvo hijos, y alejó a su propia madre más de una vez. Por ejemplo, durante una boda le dice a su madre según Juan 2:4 “¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.” Una anécdota bíblica cuenta como María espero pacientemente a su lado para poder hablar con él por un momento, pero Jesús dijo a sus discípulos “Échenla de aquí, ustedes son mi familia ahora.”
Después Jesús agregó, según Lucas 14:26
“Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun su propia vida, no puede ser mi discípulo.”
Encantador. Esto es lo que hacen los líderes de los cultos cuando separan a los seguidores de sus familias para controlar sus pensamientos y sus acciones, como cuando Jesús llama a su rebaño a que lo sigan o que se atengan a las consecuencias según Juan 15:4
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”
En otros pasajes Jesús suena como los caudillos tribales del viejo testamento según Mateo 10:34-39
“No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino la espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a su padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.”
Aun los cristianos más sinceros no pueden ponerse de acuerdo en la moralidad de Jesús y los códigos morales del nuevo testamento. Mantienen diferencias de opinión legítimas en un numero de temas que las escrituras bíblicas han fallado en resolver. Estos temas incluyen restricciones dietéticas, el uso del alcohol y tabaco, la cafeína, la masturbación, el sexo premarital, los anticonceptivos, el aborto, el matrimonio, el divorcio, y la sexualidad; el rol de las mujeres; la pena capital y la eutanasia; las apuestas y otros vicios; guerras civiles e internacionales; y muchos otros asuntos que no se encontraban en la época en que fue escrita la biblia, tal como la investigación de las células madre, el matrimonio gay, etc. Los cristianos como comunidad siguen discutiendo sobre las respuestas correctas a la pregunta fundamental ¿Qué haría Jesús? Todo esto es evidencia de que no se pueden encontrar respuestas en el nuevo testamento, ni tampoco en el viejo.
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A continuación les comparto un video en YouTube del canal cristiano Cross Examined donde el presentador Frank Turek explica a los jóvenes en la audiencia por qué el exterminio étnico de los cananeos ordenado por Dios en el antiguo testamento, no es un problema para la moral cristiana. Brevemente, su respuesta es que Dios tiene el derecho de hacer lo que desee en la Tierra, incluyendo el exterminio étnico. Y además, la muerte de todas esas personas incluyendo niños de dos años hasta ancianos de ochenta, solamente consistió en una reubicación de su espíritu al más allá, guiada por Dios.
Cita @5:37
Frank Turek: "¿Dios comete homicidio cuando quita una vida? No. Es Dios, él da la vida, él puede quitar la vida, él puede tomar la vida cuando lo desee. De hecho, si el cristianismo es verdad, entonces las personas no mueren en realidad, sino que solamente cambian de ubicación. Así es, se van de esta vida a la siguiente, y Dios tiene el derecho de guiar a las personas al más allá cuando lo desee, así tengan dos años u ochenta y dos, porque las personas nunca mueren solamente cambian de ubicación. No es justo para las personas el tomar la vida de otros pero Dios puede hacerlo cuando lo desee [sin embargo, sabemos muy bien que usando lo anterior como justificación, personas han actuado en el nombre de Dios para cometer todo tipo de atrocidades, como en el caso del exterminio de los cananeos, y muchos más genocidios sancionados por Dios a través de la historia de la humanidad]."
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